Por Robert Guest - 26 De Abril, 2011
Recientemente vi el debate de Christohper Hicthens/Tony Blair sobre si la religión es una fuerza para el bien en el mundo. Parafraseando al Sr. Hitchens; “Puedes esperar que las personas buenas hagan cosas buenas, y que personas malas hagan cosas malas. Para que una persona buena haga una cosa mala se necesita la religión.” La idea es que uno puede ignorar la decencia humana común y la moralidad al declarar que el acto está divinamente permitido.
Los paralelismos con el estatismo, el derecho positivo, y la guerra contra las drogas, son evidentes para un observador de primera instancia del sistema de justicia penal de Texas. El estado no puede decir que tiene la autoridad divina, pero tiene la capacidad de compartir la religión para conseguir que buenas personas hagan cosas horribles.
Lo cual lleva al caso de apelación del día - Hereford vs. Estate.
Hechos - de la séptima Corte de Apelaciones
Mil uno, mil dos, mil tres, mil cuatro, mil cinco, mil seis, mil siete, mil ocho, mil nueve, mil diez, mil once, mil doce, mil trece, mil catorce, mil quince, mil dieciséis, mil diecisiete, mil dieciocho, mil diecinueve, mil veinte. Ese fue la cantidad de tiempo que el Oficial Arp inicialmente atacó a Anthony G. Hereford, Jr., con una arma tasser de electroshock de acuerdo con el registro del instrumento. En ese momento, el apelante estaba esposado y estaba en una sala de emergencias de un hospital. Arp quería que el apelante escupiera lo que tenía en su boca. Cuando el apelante no quiso hacerlo, lo volvieron a electrocutar. Nadie pensó que el apelante era una amenaza para los demás durante ese episodio. Ni si quiera atacó a nadie. Arp simplemente quería que el apelante obedeciera. Cuando se le preguntó si “el uso repetitivo del arma tasser era aceptable” y si “20 segundos de uso del arma” estaba “bien”, el policía respondió afirmativamente a ambas preguntas. Arp no es el primero en usar el tasser con un apelante. El oficial Williams ya lo había hecho dos veces en un lugar muy lejos del hospital. Él también quería que el apelante quitara los objetos, lo que Williams pensaba que eran drogas, de su boca, y no tuvo éxito. Entonces Williams decidió llevar al apelante al hospital para obtener ayuda médica. Continuando donde Williams había fallado, Arp dijo que administró un choque eléctrico a la región interna del muslo de Hereford; otros lo vieron que la administró en el área de la “ingle” del apelante.
Afortunadamente la Corte de Apelaciones Penales estuvo de acuerdo en que la 4ta enmienda prohíbe la tortura con electro shock como una herramienta para obtener evidencia (Keller no estuvo de acuerdo).
Hablemos sobre el Oficial Arp, el hombre que decide electrocutar la ingle del apelante. Supongamos que el Oficial Arp no es un sadista enfermo que disfruta de la tortura eléctrica. ¿Qué podría motivar a una persona decente a actuar con tal depravación?
El Oficial Arp testificó que creía que Hereford tenía crack en su boca. Nuestro Estado ha decretado que la posesión de cualquier cantidad de cocaína es un delito grave. El Estado contamina a la sociedad y especialmente a los Oficiales con propaganda sobre Delitos y Guerra contra Drogas. Los Oficiales están entrenados a arrestar a todos los usuarios de crack que puedan para satisfacer a la burocracia… y de ahí sale ¡el que electrocuta ingles!
Han pasado algunas décadas desde el experimento Milgram, en el cual estudiantes de Universidad fueron ordenados a dar choques eléctricos (afortunadamente falsos) a una persona inocente. La víctima fingiría un paro cardiaco y la muerte, pero aun así los estudiantes continuaban sin parar por los gritos de sus “víctimas”.
La lección, resumida por Milgram-Personas ordinarias, simplemente haciendo su trabajo, y sin ninguna hostilidad de su parte, pueden convertirse en agentes de un proceso terriblemente destructivo. Además, aun cuando los efectos destructivos de su trabajo se hacen claros, y se les pide llevar a cabo acciones incompatibles con los estándares fundamentales de moralidad, relativamente pocas personas tienen los recursos para resistir la autoridad.
Este hecho de electro tortura es el resultado de las leyes tontas de nuestro Estado contra las drogas, La Guerra contra Drogas y la mentalidad militar moderna de los oficiales. El Estado debe obedecerse, las leyes deben hacerse cumplir y si tienen que torturar a un acusado para hacer un arresto por el uso de crack, eso solo es daño colateral.
Publicado en: Apelaciones Penales y Policía